Opinión: Empate con Trampa: El Conservadurismo Gana Tiempo en Guanajuato

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#Opinión

Héctor Rodríguez Colmenero

Lo que fue celebrado por el PAN como un triunfo, o una celebración de un campeonato de futbol, porras manos alzadas; no es más que una jugada táctica para evitar enfrentar el verdadero debate de fondo: el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. El empate técnico registrado este jueves en el Congreso de Guanajuato, con 18 votos a favor y 18 en contra, no resuelve nada, pero sí revela mucho.

En apariencia, se trató de una votación democrática. En realidad, fue una operación política fría y calculada. Todo indica que se acomodaron los números con precisión quirúrgica para provocar el empate, evitando así una resolución definitiva sobre la despenalización del aborto voluntario. Una maniobra diseñada para no incomodar a las bases conservadoras y, al mismo tiempo, evitar una confrontación directa en un momento políticamente delicado.

La escena fue reveladora: en el exterior del recinto, divididos por una reja, grupos provida y colectivas feministas alzaban la voz desde sus trincheras. Adentro, lleno de vidrios «trasparentes» el PAN, con el respaldo del PRI y del PVEM, detuvo el avance de una agenda que busca ampliar los derechos reproductivos en el estado. No ganaron el debate, simplemente ganaron tiempo.

La estrategia es clara: empatar hoy para reorganizarse mañana. Posponer la discusión para controlar el clima político y social, diluir la presión pública y evitar asumir responsabilidades políticas de fondo. Pero la pregunta es inevitable: ¿cuál será el costo de seguir aplazando los derechos? ¿Cuánto tiempo más se disfrazará el inmovilismo con discursos de prudencia?

Este empate no es un final. Es una pausa, una tregua artificial en una batalla que seguirá librándose en las calles, en los tribunales y en la conciencia colectiva de una sociedad que exige avanzar. El conservadurismo ha ganado una ronda, pero la historia no se detiene.