Beatriz Vargas: más de veinte años redescubriendo Radio Universidad de Guanajuato

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Entre las personas que han dado voz y vida a Radio Universidad de Guanajuato, la cual cumplió 63 años de transmisiones ininterrumpidas en febrero, se encuentra Beatriz Vargas San José, quien inició su historia radiofónica hace 24 años. Actualmente, dirige varias barras de música clásica y contemporánea, produce los programas “Marginal” y “Por fin el fin”, uno de los primeros proyectos con los que Radio UG procuró introducirse a las redes sociales; además conduce la transmisión de los conciertos en el Museo Iconográfico del Quijote.

“No todo el mundo sabe que la Universidad tiene una radio, aunque sus intereses sean afines a la música o la ciencia; por ejemplo, en mi adolescencia, yo buscaba dónde escuchar música clásica y nunca la encontré; incluso, muchos de mis compañeros en la Escuela de Música, donde estudiaba flauta, no sabían que existía”, comenta Beatriz al recordar su mudanza de la Ciudad de México a tierras guanajuatenses.

Su primer contacto con Radio UG ocurrió por la recomendación de un amigo con el fin realizar el servicio social, cuyas primeras tareas, como ayudante del noticiero en turno, eran recortar y ordenar los encabezados de las noticias estatales. Tiempo más tarde, como estudiante de Historia, propuso un proyecto de música clásica del que fue programadora.

Sobre su primera impresión sobre Radio UG, Beatriz refirió que: “Cuando la conocí, me di cuenta, y sigo pensando, que era un patrimonio de la sociedad, no sólo de los habitantes de Guanajuato, sino de muchos lugares a donde llega la señal (me han dicho que, desde Morelia, pasando la laguna comienza a escucharse). En esa época, la amplitud modulada era mucho más frecuente, ahora cuesta trabajo, hay mucha interferencia”, expresó la locutora.

Entre los recuerdos significativos de Vargas San José, se evidencian los cambios de la radio desde entonces, se halla su periodo como reportera del Festival Internacional Cervantino con una grabadora portátil de carrete abierto y micrófonos cargados al hombro, el esfuerzo que requería realizar una programación manual sin repeticiones y las transmisiones de los conciertos de la OSUG de las que fue conductora.

“Me sorprende cómo pudimos funcionar tantos años con el material de la fonoteca, ahora me parece muy chiquita. Cuando llegué, hacíamos torrecitas de discos compactos e indicábamos en una guía los tracs de cada uno para la persona encargada. Las tareas estaban muy delimitadas; había gente en cabina siempre, mientras otros hacíamos la programación; así aprendí sobre música de todos los tiempos. Ahora, la producción es una labor de investigación, curaduría, locución y edición”.

Otros cambios cruciales en la historia de Radio UG fueron la ampliación del horario de transmisión al unificarse las frecuencias (primeramente de 8 horas, luego a 11 y finalmente, a 24), destaca también la inserción del disco compacto y el empleo de servidores que no requerían operador.

Beatriz Vargas observa que la base de la audiencia de Radio UG es muy fiel. De forma paralela considera que el cuidado y la renovación del equipo técnico es indispensable para la permanencia de la radio, además de la transición al soporte digital sin perder el contacto con la gente mayor, audiencia cuya lealtad a las transmisiones y contenidos permanece vigente.

“Los aparatos tienen un tiempo de utilidad, hay que asegurar la estrategia para seguir siendo cercanos a nuestro público de toda la vida, que nos sintoniza de manera tradicional porque no cuenta con aparatos nuevos o porque esa es la manera en la que prefiere escuchar radio”, añadió.

En cuanto a la creación de contenido, Beatriz señala el reto de generar materiales oportunos, interesantes y relevantes para todas las edades, sin perder de vista el espíritu universitario, para que sea atractivo tanto para la audiencia habitual como para las nuevas generaciones digitales.

“Para mí, Radio UG ha sido un resguardo y un alimento para vivir de manera alternativa en un mundo muy homogéneo o que demanda un deber ser, un refugio para los raros. Algo que hace única a esta radio es la libertad para ofrecer contenidos que no están en otros medios, desde música de concierto, música académica, jazz, hasta espacios en vivo para grupos independientes. Nuestra radio habla en múltiples estilos y querer ser igual a los otros, me parecería una pérdida”, finalizó.

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